lundi 1 décembre 2025

El fin de las ciencias económicas: las matemáticas

 

Resumen del capítulo los secretos de las matemáticas (Maat e Maat-icas) de mi obra «El fin de las ciencias económicas, el comienzo de la edad de oro».

Este libro no es un enésimo tratado de economía. Es la demostración de que la economía "científica" moderna ha muerto porque se ha construido sobre una mentira ontológica: ha querido medir al hombre con herramientas que ignoran el infinito, la circularidad y la dualidad constitutiva del ser. Todo es espiritual… hasta —y sobre todo— las matemáticas. Tomemos la simple diagonal de un cuadrado de un metro de lado: su longitud es √2. Imposible dar una fracción exacta de ella. Esta irracionalidad nos muestra que la medida humana tropieza con el infinito. Lo real siempre supera el cálculo.

Todo parte de una constatación matemática tan simple como irrefutable: √2 es irracional, π es trascendente, el círculo nunca se cierra perfectamente en el mundo de las fracciones. Dicho de otro modo: en cuanto medimos lo real, ya tocamos el infinito. Ahora bien, la economía clásica ha pretendido hacer exactamente lo contrario: encerrar el infinito humano en curvas finitas, tasas, PIB, utilidades marginales. Ha reemplazado el círculo por la línea recta, el ciclo por la flecha, el retorno al Uno por el "crecimiento infinito". Resultado: una ciencia que funciona mientras se permanezca en el pequeño mundo racional… y que se derrumba en cuanto se toca lo viviente.

Mi obra muestra que los números mismos son jeroglíficos espirituales.

En el siglo IX, Al-Khwārizmī inventa el álgebra y abre el camino al cero. La palabra árabe sifr que ha dado la palabra cifra, significa "vacío", pero proviene también de sefer: el libro. El cero no es la ausencia, es el Sefer, el libro cerrado, la vacuidad creadora (Shunyata, Ensō, Ain Soph) que permite el UNO. El individuo, el INDIVI DUO, aquel que no puede ser dividido en DOS, aquel que hace UNO, el Tawhid en el Islam, el héroe en los griegos antiguos que ha llegado al final de su búsqueda.

La díada (el 2) no es una cantidad, es el estado ontológico del hombre: "vosotros sois dioses" = "vosotros sois Dos" como está escrito en el Salmo 82:6 retomado por Jesús en Juan 10:34. En hebreo: אֲנִי־אָמַרְתִּי אֱלֹהִים אַתֶּם → "He dicho: vosotros sois dioses (elohim)". Pero en arameo (la lengua que hablaba Jesús), la misma palabra "dioses" puede ser entendida como תְּרֵין / treyn o תַּרְתֵּין / tartên, que significa literalmente "dos" (dualidad).

Y sin embargo, cuando esta díada acepta su propia tensión y se eleva al cuadrado, recae exactamente sobre el Uno: cos²θ + sin²θ = 1. Euler no hizo más que redescubrir 2 200 años más tarde lo que Pitágoras ya sabía en el templo: la reconciliación de los opuestos lleva de vuelta a la Unidad.

La economía actual es pues la patología de un mundo que ha olvidado esta verdad circular: suma sin cerrar nunca el ciclo, acumula sin retorno, separa lo masculino y lo femenino, el trabajo y el capital, la tierra y el hombre, la derecha y la izquierda. La economía actual cree que 2 + 2 = 4. Es la lógica lineal y aditiva: Tienes dos unidades de trabajo → añades dos más → obtienes cuatro. Tienes dos euros → añades dos → tienes cuatro euros. Tienes dos recursos → añades dos → tienes cuatro recursos. Principio: cuanto más se suma, más se posee. Es la flecha del tiempo económico: crecimiento infinito sobre una línea recta, acumulación sin fin, PIB que debe subir siempre.

En el círculo real, tenemos cos²x + sin²x = 1. Es la lógica circular y armónica. Tomemos dos números opuestos cuya suma de cuadrados vale 1 (por ejemplo cos θ = √2/2 ≈ 0,707 y sin θ = √2/2 ≈ 0,707): (√2/2)² + (√2/2)² = 0,5 + 0,5 = 1. Tienen dos cantidades iguales (dos "mitades" complementarias). Las elevan al cuadrado (poniéndolas en tensión, en relación, en trabajo) y recaen exactamente sobre la Unidad, sobre el Todo. Dicho de otro modo: cuando los dos polos (trabajo/capital, hombre/mujer, dar/recibir, norte/sur, etc.) aceptan ponerse en relación cuadrada (es decir en equilibrio perfecto, en justicia, en reciprocidad verdadera), no hacen 4 (2²)… hacen 1. Reconstituyen el círculo. Vuelven a la Unidad en lugar de sumarse al infinito. IS RA EL = ISIS, triangulo abajo, el agua + RA, triangulo arriba, el fuego = EL (DIOS, el UNO). La unión de los 2 triángulos es la estrella de David, es la fórmula matemática cos²x + sin²x = 1… Es el sentido del Salmo 82:6 retomado por Jesús en Juan 10:34 y por lo tanto:

Vosotros sois "dioses" pero mortales, en el sentido de que poseemos un poder creador, la miltha. Pero también: vosotros sois "dos", y debemos hacer UNO (Tawhid). El evangelio según Tomás descubierto en 1945, uno de los 52 manuscritos descubiertos en Egipto en Nag Hammadi, es una recopilación de 114 logias, las palabras atribuidas a Jesús. La logia 106 explica: "Cuando veáis lo Único en los dos, seréis Hijo del hombre y si decís a la montaña que se aleje, se alejará." La logia 39 nos da las claves de la comprensión: "Los fariseos y los escribas han tomado las llaves del conocimiento y las han escondido. Ellos no han entrado e han impedido a quienes querían hacerlo. En cuanto a vosotros, sed prudentes como serpientes y puros como palomas."

La Edad de Oro que comienza no es una utopía: es el momento en que la humanidad reintegra la geometría sagrada en sus intercambios. Una economía circular, fraterna, basada en el don y el retorno, en el ciclo y no en la depredación, en el UNO que contiene los DOS en lugar del 2 que niega el Uno.

En conclusión, la ciencia económica muere el día en que se comprende que la más bella ecuación del mundo, eiπ + 1 = 0, no es un teorema más… es la firma misma de Dios sobre lo real, y la promesa de que todo lo que ha sido separado terminará por volver al Uno. La ecuación de Euler reúne los cinco fundamentos de todo lo real: el 0, el 1, el π, el número de Euler e y la unidad imaginaria i. Es la alianza de lo finito y lo infinito, de lo real y lo imaginario, del círculo y la exponencial. Muestra que los opuestos no se destruyen: se reconcilian en el Uno. El fin de la ciencia económica no es una crisis. Es el nacimiento de la Edad de Oro: aquella en la que ya no se cuenta para poseer, sino para compartir, donde se cuenta para hacer DOS y reencontrar el UNO.

PD: Este libro está escrito en la lengua de los pájaros —esa lengua que los místicos de todas las tradiciones han practicado, donde las palabras no son signos arbitrarios, sino resonancias de lo real. Cuando Jesús dice 'vosotros sois elohim', y el Evangelio de Tomás revela 'debéis ver el Uno en los dos', no es una coincidencia lingüística: es la misma verdad que vibra en dos formulaciones. Elohim y treyn (dos) no están 'etimológicamente vinculados' —son fonéticamente gemelos en el espacio arameo, y es precisamente esto lo que Jesús, hablando en arameo, podía hacer oír a sus discípulos. Es el lenguaje de los pájaros, y no es una curiosidad esotérica. Es el reconocimiento de una verdad primordial: la transmisión siempre ha sido oral; la escritura llegó mucho después. Este método no es 'menos riguroso' que la filología: es riguroso de otro modo, porque escucha el soplo (ruach, pneuma) antes que la letra muerta.



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